Hola, soy Irene y fotografío desde la emoción.
A los 22 años empecé trabajando como fotoperiodista en mi lugar en el mundo, Ibiza, donde tuve la suerte de aprender de los mejores y no he parado de hacer click hasta hoy. De la prensa pasé a la moda y aquí me quedado, especializándome en la fotografía lifestyle, donde las localizaciones son reales, las sensaciones cuentan y las convierto en imágenes.
En mi mundo de fotografía vivencial las bodas muy mimadas encajan a la perfección. Intuyo, espero y disparo mientras mis ojos se inundan y mi garganta contiene las sensaciones que me recorren, porque ése es el momento. Busco el disparo que nos haga vibrar.
Mis hijos, mi marido y los atardeceres con olor a sal son mi mayor inspiración, todo lo que siento con ellos forma parte de mi lenguaje, la fotografía emocional.